Las patentes son un privilegio que otorga el estado por medio de las entidades para ello facultadas, (en el caso colombiano la Superintendencia de Industria y Comercio o SIC) a los inventores que han dedicado su tiempo y esfuerzo en el desarrollo de una creación que aporte beneficios en el campo industrial, otorgándoles por medio de estas un derecho exclusivo para la explotación de la invención por un periodo de 20 años, si se trata de una patente de invención o 10 años si se trata de una patente de modelo de utilidad.
El derecho exclusivo de explotación económica de la patente antes referenciado, da lugar a su titular para negociar la invención por cualquiera de los actos jurídicos que se adecuen a los intereses del titular, entre los que se encuentran las licencias de explotación de patente, los contratos de cesión de la patente, e incluso los contratos de transferencia de tecnologías que pueden conllevar a una serie de contratos en los que se involucre la propiedad industrial, lo cual implica un amplio margen de negociabilidad.
Actualmente un gran porcentaje del PIB mundial se deriva de las patentes, por ello su importancia en el campo económico y social, dado que el derecho que se le otorga al inventor sobre la invención, promueve la investigación, los nuevos desarrollos de tecnologías, la innovación y demás factores que ayudan a mejorar la calidad de vida de los seres humanos.
Es así como desde el año 1980 hasta la actualidad han variado los porcentajes en los bienes que constituían los activos de las sociedades de la siguiente manera, en 1980 las empresas tenían el 80% de sus activos en bienes inmuebles y maquinaria, y el 20% en propiedad intelectual, ahora esa tendencia a cambiado en muchos países a la inversa, es decir el 80 o incluso el 90% de los activos lo constituyen las patentes de invención, modelos de utilidad, esquemas de trazados, signos distintivos, en fin bienes intangibles, esta situación se está presentando entre otras cosas para optimizar en impuestos y para liquidar valores contables, ello sin dejar de lado el aumento real de dichos registros y su valoración como activo de importancia para el devenir de la empresa.
Dada entonces la importancia de las patentes en un mundo globalizado es imprescindible que las empresas conozcan cual es el valor económico que tienen para cualquier tipo de negocio que se pretenda realizar con ellas, por ejemplo, para conseguir un inversionista, para solicitar un crédito a una entidad financiera y que la patente sirva como garantía, para el momento en que decida venderla o licenciarla, para una fusión con otra empresa, para llevar a cabo un contrato de transferencia de tecnologías, etc.
Así las cosas, se han concebido una serie de enfoques para calcular el valor de las patentes, entre ellos se encuentran los siguientes:
El enfoque de los costos: Se parte de la premisa de que el valor de la patente es igual a los costos de investigación y desarrollo utilizados en su creación. Tiene como desventaja que no es útil para transacciones financieras porque el costo puede ser bastante alto o a contrario sensu muy bajo, lo que podría subestimar o tornar en exagerado el valor de la patente, este método es bueno para la gestión y control de operaciones.
Enfoque basado en los ingresos: Según este enfoque, el valor de la patente es directamente proporcional al flujo de ingresos que el titular de la patente pretende obtener durante el periodo de protección de la patente. Es un método que se utiliza en gran medida para los nuevos inversionistas que quieran saber cuánto pueden llegar a obtener con la patente o productos derivados de la patente, eso sí al momento de determinar los ingresos que se obtendrían con la patente se deben utilizar fuentes y datos totalmente verídicos y fiables.
Enfoque basado en el mercado: como su nombre lo indica se debe analizar el mercado para comprobar el valor de la patente, lo cual en ocasiones resulta un poco complejo, dado que no es fácil en primer lugar identificar una patente relacionada en grosso modo con la que se pretenda avaluar, dado su carácter de novedad y altura inventiva, pero con una buena búsqueda, una excelente base de datos, y un estudio serio de mercadeo se podría conocer cuánto está dispuesto a pagar el consumidor por ella, o lograr encontrar los valores en los que se ha comercializado, licenciado o cedido.
Finalizando, estos enfoques deben analizarse concienzudamente, teniendo en cuenta el periodo de protección de la patente, los países en que se encuentre registrada, el sector tecnológico, su relación con otras patentes, el estado de la técnica, las licencias que se hayan otorgado, entre otras, que le permitirán conocer el valor de su invención.