En el mes de agosto de 2023 entra a regir en Colombia la Ley denominada “Ley brazos vacíos”, cuyo objetivo principal es influir de manera positiva en la salud de la mujer, garantizando el pleno ejercicio de sus derechos sexuales, reproductivos, pero principalmente el derecho a la salud mental, derechos que se respaldan con la prestación de los servicios de salud, como los únicos responsables del cuidado de los procesos vitales del embarazo, parto, posparto y lactancia, teniendo así el alcance hasta a atención de casos en que las mujeres han sufrido un suceso de muerte y duelo gestacional así como neonatal.

Esta Ley afecta de manera efectiva la estandarización y establecimiento de criterios objetivos de intervención, abordaje y acompañamiento a los padres cuyo hijo/a fallece durante la gestación, desde la semana 1 hasta la 40, o dentro de los primeros 28 días de vida, de manera que se pueda brindar el mayor bienestar posible, físico y mental dentro del entorno familiar.

Es por esto que al Ministerio de Salud y de la Protección Social se le impone la obligación de crear una ruta de atención integral y humanizada a las mujeres y sus familias que enfrenten esta situación, aplicable al sector salud, quien será el encargado de brindar la atención teniendo en cuenta el respeto de la dignidad humana, humanización en la atención, autonomía de la mujer, privacidad, igualdad, promoción y cuidado de la salud mental, calidad e idoneidad profesional entro otros principios contemplados en la ley.

El protocolo que implemente el Ministerio de Salud en principio deberá ser adoptado de manera obligatoria por las instituciones prestadoras de servicios de salud tanto publicas como privadas, logrando con ello; (i) mejorar la calidad de la atención en salud, realizando un acompañamiento integral no solo en la salud física si no también en la salud mental y la dimensión espiritual y social de las familias, pero más encaminado hacia las mujeres que afrontan la muerte de sus hijos/as en gestación o en etapa neonatal; (ii) estandarizar y garantizar una atención equitativa a las familias y las mujeres en duelo por muerte gestacional y neonatal, en las diferentes instituciones de salud del país; (iii) minimizar el riesgo de secuelas psicológicas en las familias y las mujeres que afrontan muerte gestacional y neonatal, asociados al tipo de atención recibida en la institución de salud en el momento de la muerte, favoreciendo con ello una adecuada elaboración del proceso de duelo; (iv) garantizar en el momento de la atención en salud, la efectividad de los derechos humanos, constitucionales y legales de las familias y las mujeres en duelo por muerte gestacional y neonatal; (v) generar conciencia y visibilidad en la ciudadanía y las organizaciones públicas y privadas, sobre el impacto que tiene la muerte gestacional y neonatal en las familias y la mujer.

Es importante precisar que esta Ley fue denominada “Brazos Vacíos” por cuanto es la descripción que las mujeres gestantes y sus familias que no culminan con éxito su embrazo o su hijo fallece en sus primeros días de vida, explican el sentimiento de dolor y la soledad que sufren ante esta pérdida, lo cual tiende a agravarse por ser una situación ignorada, la poca validación y deficiente atención del sistema de salud. Es por ello que estableció el 15 de octubre de cada año como el «Día Nacional de la Concienciación sobre el duelo por pérdida gestacional o perinatal«.